La chía es originaria de América Central, México y Guatemala, principalmente.
Las semillas, que son muy pequeñas y de forma ovalada, pueden variar en color
siendo marrones, grises, negras y blancas… Dichas semillas se pueden comer
crudas, o se pueden cocinar. Los beneficios para la salud de estas semillas son
numerosos. Contienen una gran cantidad de minerales esenciales como el fósforo,
calcio, manganeso y potasio.
Estas semillas se pueden utilizar para luchar contra la diabetes. La diabetes,
que afecta a más del 2% de la población mundial, es una enfermedad crónica
caracterizada por altos niveles de glucosa en la sangre. Las personas que tienen
este problema deben realizar obligatoriamente ciertos cambios en sus dietas. Los
hidratos de carbono pueden hacer que el nivel de azúcar en la sangre aumenten
con mayor rapidez que las fibras, proteínas o grasas.
Los diabéticos deben reducir su consumo en exceso e incluir más proteínas y
fibras que pueden ayudar a mantener sus niveles de azúcar en sangre bajo
control. Las semillas de chía son un alimento que alto en proteínas y bajo en
grasas y carbohidratos. Estas semillas son de naturaleza hidrófila, lo que
significa que pueden absorber el agua.
Así que cuando se consumen las semillas de chía, se ayuda al cuerpo a regular la
absorción de los alimentos. También se reduce la conversión de carbohidratos en
azúcar. Otro beneficio adicional de las semillas de chía es su capacidad para
controlar la resistencia a la insulina. La insulina es la hormona que transporta
la glucosa (azúcar) de la sangre a los músculos y el hígado, donde puede ser
utilizado por el cuerpo como combustible. Con el nivel de insulina bajo control,
los picos repentinos en los niveles de glucosa se compensan lo que supone la
estabilización del metabolismo.
Fuente: Blogs Salud Pasion
